«La Gurriana, ese viento gélido que conocen los lugareños al igual que cualquiera que le haya sufrido por su extremo cambio de temperatura, que está presente casi toda la rueda del año y que suele aparecer al alba. Ese gélido viento infernal, sera tu peor pesadilla si estas pensando en participar en La Gurriana Trail, aunque no será tu único inconveniente, ya que sus duras rampas y la tecnicidad de su terreno hacen a este trail un nuevo reto para todos los amantes de la montaña…..»
Así describen en la web de la carrera lo que es la gurriana. Y yo pensaba… ¡qué exagerados! Viento puede hacer en todas las montañas. Además, tampoco subimos a tantos metros de altitud; apenas llegamos a 900… ¡Ingenuo de mí!
Lo que yo temía era el desnivel: 4.470 metros acumulados en poco más de 37 kilómetros hacen de ella una carrera con un perfil duro:

Ya el año pasado había visto esta carrera y todos los comentarios positivos que escribían de ella. A principios de año, cuando planifiqué un poco la temporada, la tenía en mente. Pero como durante el mes de enero tenía molestias y no me encontraba al cien por cien, dejé pasar el plazo de inscripción y se agotaron los dorsales. Cuando abrieron una lista de espera, no lo pensé dos veces y me apunté a ver si había suerte.
A dos semanas de celebrarse la carrera me avisaron que había habido una baja y si quería tenía dorsal. Así que hice el pago y me inscribí.
Día de la carrera
Las previsiones meteorológicas los días antes auguraban un día duro de lluvia y frío, pero yo no me imaginaba lo que nos encontraríamos allí arriba.
La carrera empezaba a las 9 de la mañana, así que salimos de Suances sobre las 7.30 rumbo a Carrejo. Llegamos sobre las 8 con el tiempo justo para coger el dorsal y cambiarnos. Susi y Kira vienen conmigo a darme ánimos.
Parecía que el tiempo nos iba a dar algo de tregua, pero nada más coger el dorsal vuelvo al coche a cambiarme y empieza a llover fuertemente.
Me pongo el chubasquero y voy a la salida. Me despido de Susi y me desea suerte.
Como la carrera está dentro del campeonato de Cantabria de carreras por montaña, hay que pasar por un control de firmas antes de salir. Esto hace que la salida se retrase unos minutos. Mientras esperamos en la cola sigue lloviendo intensamente.
A las 9:12 empieza la carrera. Yo estoy situado en la parte de atrás. No tengo tampoco mucha prisa. Hay muchos kilómetros por delante. Éramos 300 apuntados y yo arranco en el puesto 215. El primer kilómetro es prácticamente llano, por asfalto, para salir del pueblo de Carrejo. Salgo suave, a 5 min/km. Aún así recupero alguna posición. Ahí veo a Susi que hace una foto.
Pronto empiezan las rampas. Los siguientes 3 kilómetros tienen un 12, 13 y 17% de desnivel respectivamente. Voy subiendo poco a poco, caminando y corriendo cuando puedo. Intento no forzar demasiado, quiero reservar fuerzas para el final. Sigue lloviendo y el terreno está resbaladizo. Hay muchas piedras por el suelo. En una de ellas me deslizo y tengo que poner las manos en el suelo. No me hago daño y puedo continuar sin problemas. Eso sí, con barro y algún rasponazo.
En el kilómetro 5 llega el primer avituallamiento. Paro a recargar agua. Un voluntario muy majo me echa agua en las manos para ayudarme a quitar el barro.
Y es poco después del avituallamiento cuando aparece la gurriana…. El aire empieza poco a poco a ser más intenso. La sensación de frío es bestial. Empieza a granizar y el viento hace que nos golpee con fuerza, así que me pongo los guantes que llevaba en un bolso del chubasquero. Ni con eso quito la sensación de frío.
Cuando llegamos al kilómetro 7 me tomo una cápsula de sal y como una barrita. Apenas puedo sacarlas de la mochila. Esto ya no es un simple aire. Es un auténtico vendaval. Las rachas de viento son intensísimas. Hay momentos en los que apenas podemos mantenernos en pie. El aire nos zarandea a su gusto. Mientras, tenemos que pasar por un terreno que está muy resbaladizo y muchas zonas con grandes piedras.
La verdad que en esos momentos no estaba disfrutando nada. De hecho, noto que los cuádriceps se me empiezan a cargar, quizás por el sofreesfuerzo para intentar avanzar en esas condiciones. Además, según el perfil había unos 10 kilómetros de cresteo. A mí me surgen dudas y supongo que el resto de corredores pensarían lo mismo que yo. Desde mi punto de vista, en esas condiciones podría peligrar la integridad de algún corredor o voluntario. La organización debería hacer algo. No sé si suspender o modificar el itinerario, pero seguir así durante al menos una hora de cresteo se me hacía imposible.
Voy avanzando como puedo. Ya sin fuerzas para correr, prácticamente camino todo del kilómetro 8 al 9. Justo hay que bajar por unas piedras en las que un paso en falso podría hacer que alguien se hiciese mucho daño. Y ahí aparece nuestro ángel de la guarda. Un miembro de la organización nos dice que así no podemos continuar. Que nos desvían a todos por el camino de la GT20.
Me parece una decisión acertadísima. Bravo por la rápida respuesta y por la capacidad y valor para adaptarse a las condiciones.
Cuando paso por el «avituallamiento» veo que éste no existe. Debió de volar literalmente. Justo ahí giramos y empezamos a descender. Nos han quitado 17 kilómetros de carrera, con lo que sólo nos quedan unos 11 para llegar a meta.
Ya no es momento para reservar fuerzas, así que bajo rápido, aprovechando para comer algo. La bajada por una pista es muy rápida. Además, a medida que vamos descendiendo el viento desaparece. Estos dos kilómetros los hago a poco más de 4 min/km.
Después giramos y nos metemos por un bosque por un terreno con bastante barro. Resbala bastante pero yo bajo fuerte ganando alguna posición. Seguimos bajando poco a poco, algo más lento en estos kilómetros. El paisaje es muy bonito y ya quedan pocos kilómetros. ¡Hay que darle caña! Aunque sé que todavía nos queda el temido cortafuegos. Eso sí, con 17 kilómetros menos en las piernas espero que sea más sencillo de afrontar.
Poco a poco vamos avanzando. Estamos en kilómetro 14 y queda poco más de 1 kilómetro para empezar el cortafuegos. Se trata de una rampa en la que se ascienden más de 300 metros en muy poca distancia. La organización, como novedad, se había propuesto tomar tiempos al inicio y al final de éste, y dar un jamón de premio al corredor que en menor tiempo lo hiciese, independiente del puesto en el que llegase a meta.
Para llegar al punto donde empieza el cronometraje ya vamos ascendiendo, así que cuando llegamos allí las piernas ya están en su punto. Yo sé que obviamente no tengo opciones, pero sí que intento subir todo lo rápido que puedo. Adelanto a 4 o 5 corredores en este tramo. Durísimo, pero motivado al ir ganando posiciones. Mi tiempo fue de 12’50» siendo el 33º en este tramo.
Llegamos arriba y quedan menos de 5 kilómetros para llegar a meta. Ya no hay nada que reservar y bajo rápido, ganando posiciones en los primeros metros, en un terreno embarrado en el que desciendo rápido y seguro.
La bajada es muy divertida, cruzando el río en varias ocasiones. Íbamos cogiendo gente de la GT20 original, a los que también modificaron el circuito e hicieron unos 10 kilómetros de carrera.
Entramos en Carrejo nuevamente, algo antes de las 12 del mediodía. El último kilómetro, al igual que el primero, vuelve a ser asfalto. Voy en un grupo con otros dos corredores y entro en meta en 2:44:13, en el puesto 76 de la general.
Busco a Susi en meta, pero no está. Al rato consigo contactar con ella y está en Bustriguao esperando. Le digo que se ha tenido que modificar la carrera y que ya estoy en meta. Aliviada porque todo ha ido bien, vuelve a Carrejo. Mientras, yo doy buena cuenta del avituallamiento final.
Cuando llega, cojo la mochila del coche y voy a la ducha. Agua caliente que se agradece mucho. Una vez cambiado volvemos a Carrejo a disfrutar de un cocido montañes con quesada pasiega. Un detallazo por parte de la organización.
Una pena de carrera, y una pena por la gente del pueblo que tanto había trabajado para que todo fuese distinto. Pero desde aquí les felicito por tomar la decisión más acertada de todas. Ya habrá más días para ir a la montaña. Ya habrá más gurrianas. Y ya habrá tiempo para volver aquí y ser finisher de la GT40 con todos sus kilómetros.
¡Nos vemos en la siguiente!